domingo, 21 de septiembre de 2014

La Entrega

The Drop (Michaël R. Roskam, 2014)
Póster de "The Drop"

Y mi fugaz visita al 62 Festival de Cine de San Sebastián terminó con esta película, también de sección oficial, y que me dejó muchas mejores sensaciones que las tres anteriores.

Cine negro. Cine negro bien hecho. The Drop nos habla del crimen organizado en New York y de cómo utilizan los bares como tapadera para el blanqueo de dinero. Nos pone en la piel de Bob Saginowski (Tom Hardy), camarero de uno de esos bares, que una noche conoce casualmente a Nadia (Noomi Rapace) al encontrar un perro maltratado en su basura. Más o menos al mismo tiempo, su bar resulta atracado y, al empezar a avanzar la investigación, la situación se enturbia rápidamente.
Malos muy malos y buenos que no parecen tan buenos entremezclados de formas difíciles de aclarar hasta que la trama no avanza. La historia, basada en una novela de Dennis Lehane, se aproxima de una manera fresca al trillado tema del crimen organizado, al ponernos en la piel de los peones (o de víctimas, según se quiera ver) de dichas bandas, con sus vidas y sus relaciones interpersonales, alejándose de dar la imagen completa.
En cuanto a la estética, la película hace honor a su género, el cine negro, con una imágen oscura muy bien cuidada. El ritmo de la narración resulta muy correcto: la progresión resulta natural, sin saltos, y sin aburrir en ningún momento. Y a este fluir ayudan también las interpretaciones, muy buenas y que resultan en unos personajes creíbles.

Un película recomendable sin ningún tipo de duda.

Autómata

Autómata (Gabe Ibáñez, 2014)
IMDB: http://www.imdb.com/title/tt1971325/
Póster de "Autómata"

Continúa esta pequeña serie de películas de la sección oficial del 62 Festival de Cine de San Sebastián con un cambio de registro que nos lleva a futuros distópicos, repletos de ciencia ficción.

En Autómata, la radiación solar ha reducido la población de la tierra y la gente se apiña en ciudades protegidas del desierto y la radiación exterior mediante muros. Para la construcción de esos muros, una gran empresa construye autómatas especializados. Dichos robots están sujetos dos normas: la primera es no hacer ni permitir hacer daño a ningún ser vivo y la segunda es que no se pueden automodificar.

Lógicamente, y para que haya película, las cosas no funcionan como deben y le toca al agente de seguros Jacq Vaucan (Antonio Banderas) estudiar algunos casos en los que uno de los robots ha hecho daño a un perro o se estaba automodificando. Y es durante esa investigación cuando se descubre que, efectivamente, algo raro está ocurriendo.
La estética recuerda tan poderosamente a Blade Runner (Ridley Scott, 1982) que casi se podría considerar un plagio. El argumento bebe sin tapujos de Asimov (en especial de "Yo, Robot" y de sus tres leyes de la robótica) y también un poco de algunas partes "¿Sueñan los Androides con Ovejas Eléctricas?" de Philip K. Dick que no aparecen en Blade Runner. Eso sí, en cuanto la película ha arrancado y la trama empieza a avanzar, todo, absolutamente todo (tanto la estética, como el argumento y las interpretaciones) pierde fuelle y la película pierde interés. De repente estamos en medio de un desierto, con unos monólogos lamentables de Antonio Banderas, y viendo algo que pretende ser un thriller de cine negro pero que a duras penas daría para un capítulo de una teleserie policíaca.

No puedo recomendar esta película. Es muy prometedora al principio del metraje, incluso perdonando las más que obvias inspiraciones, pero rápidamente se desinfla y pierde todo su sentido.

sábado, 20 de septiembre de 2014

Stille Hjerte / Silent Heart

Stille Hjerte / Silent Heart (Bille August, 2014)

Seguimos con otra película de mi visita relámpago al 62 Festival de Cine de San Sebastián.

La sinopsis de Silent Heart es bastante desalentadora: una anciana enferma terminal decide juntar a la familia (su marido, su amiga de toda la vida, sus dos hijas con sus parejas y su nieto) y hacer una cena de navidad anticipada antes de poner fin a su vida. A esa sinopsis le añades que la película es danesa y de repente tiene toda la pinta de ser un dramón inconmensurable y película de larguísimos diálogos filosóficos alrededor de una mesa.

Sin embargo, sorprende. Y para bien. Aunque bueno, puede que no a todos; el señor que roncaba detrás de mí en la sala de cine no parecía muy sorprendido...

Interpretaciones creíbles, variedad de personajes y de filosofías de vida y una película bien rodada en su mayor parte. En algunos momentos hay una alternancia entre planos con trípode y planos cámara en mano bastante incómoda y desconcertante, porque no tenía ningún sentido.
En cuanto al argumento, como una sinopsis como la mencionada podría parecer una película difícil de digerir, pero el tratamiento que se da al tema evita que la película resulte dura de ver. Curiosamente, no es una película que se haga larga o que llegue un punto en el que desees que se termine. SPOILER Como era de esperar, inicialmente una de las hijas acepta la decisión de su madre y la otra no tanto, y durante la película dichas posiciones, en cierto modo, se intercambian.

Una película que, sin ser mala, y pese a tener bastantes detalles salvables, no acaba de resultar particularmente recomendable.

Une Nouvelle Amie

Une Nouvelle Amie (François Ozon, 2014)
IMDB: http://www.imdb.com/title/tt3184934/
Póster de "Une Nouvelle Amie"

De escapada relámpago al 62 Festival de Cine de San Sebastián, una de las películas que he tenido la oportunidad de ver ha sido ésta del conocido director François Ozón (director del que, por cierto, tengo que ponerme al día con su filmografía).

La Nouvelle Amie nos habla inicialmente de dos amigas muy amigas, quizá hasta el punto de cruzar la línea de lo enfermizo, o, mejor dicho, de la muerte de una de ellas (ya de adultas) y de los eventos que desencadena su muerte tanto en su marido (Romain Duris), como en la otra amiga Claire (Anaïs Demoustier).

No es que se pueda contar mucho más sin destripar el argumento: es una de esas películas en las que el argumento podría resumirse en un par de líneas yen las que los personajes evolucionan sin que realmente ocurran eventos destacables. SPOILER En cierto modo recuerda el tema principal de Vértigo (A.Hitchcock, 1958) y también Breakfast on Pluto (Neil Jordan, 2005).
De hecho, el tema de la película, aún sin ser uno de ser uno de los que más me llaman la atención, podría haber sido muy interesante, pero el progreso es un poco arrítmico y falto de cuerpo. A veces da la sensación de que la película va a la deriva, sin saber muy bien qué es lo que se quiere resaltar, y con relleno innecesario. De hecho, si no fuera por el buen hacer de Ozon en el apartado técnico, posiblemente estaríamos hablando de un telefilm de sobremesa.
Es precismente este aspecto, el del lenguaje cinematográfico, el que dota a la película de cierto interés: travellings, zooms y primerísimos unen los puntos de una forma muy cuidada y ayudan a que la película se deje ver, aunque sin llegar a eliminar la sensación de que se hace larga.

¿Es una película recomendable? Personalmente opino que no, salvo que el tema del travestismo o el cine afrancesado resulte particularmente interesante. Pero tampoco es necesario echarse atrás si surge la oportunidad de verla.

sábado, 6 de septiembre de 2014

El Congreso

The Congress (Ari Folman, 2013)
Va a quedar un poco monotemático que, después de La Sombra del Vampiro (que es una película habla de cine) siga con The Congress (que es otra película que también habla de cine), pero es lo que hay.

El Congreso es una película de ciencia ficción que nos habla de un futuro distópico (por supuesto; ¡los utópicos no están de moda!) en el que actores famosos se digitalizan por una determinada cantidad de dinero y, a partir de ese momento, pierden el derecho de actuar: todas las películas las harán los animadores de los estudios a los que hayan vendido su digitalización.
 
En este caso, una Robin Wright (interpretándose a sí misma) venida a menos es quien se somete a este proceso, tras un largo rato de metraje (mayoritariamente innecesario) dedicado al drama de su vida y a la duda de si debería o no debería hacerlo.En ese momento, la película salta 20 años hacia el futuro, y vemos que Robin se dirige a una convención de ciencia ficción en la que es uno de los principales reclamos, ya que ciencia ficción es lo que más ha protagonizado su versión digitalizada. Esa convención se celebra en una zona exclusiva de animación (!?)... porque en esos 20 años la tecnología del entretenimiento ha avanzado y, ahora, en vez de ir a ver películas, lo que se hace es tomar drogas que te hacen verte, ver a los demás, y que los demás te vean como si fueras un dibujo animado; el que tú elijas.
A partir de este punto empieza el fragmento animado y onírico de la película -del que poco se puede contar sin destripar la película- y que hace recordar otras obras como Paprika (Satoshi Kon, 2006) o Solaris (Andrei Tarkovsky, 1972). No es de extrañar esto último porque tanto Solaris como The Congress están basadas en relatos del escritor polaco de ciencia ficción Stanislaw Lem.

La parte de imagen real de la película es muy fluja. Abusa del diálogo, del monólogo y le falta lenguaje cinematográfico (lo cual parece imperdonable en una película que habla sobre cine). La segunda mitad, la animada, en general está mejor tratada, aunque en algunos momentos peca de exceso de contenido visual sin que éste aporte nada a lo que está ocurriendo.

Una película original y que podría ser recomendable, aunque no para todo el mundo.

Como punto débil, para mi gusto le falla el excesivo metraje dedicado al drama y del que se podría haber prescindido en favor de un ritmo más interesante.